Y perdí la noción
del tiempo. Olvidé que los días tienen nombre, que hay unos con más
importancia que otros. Olvidé el mañana. Me olvidé de dejar las
cosas para luego. Me olvidé de rendirme y de venirme abajo. Me
olvidé de todo aquello que me frenaba y empecé a volar. Me olvidé
de dormir demasiado. Me olvidé del frío y de la lluvia. Del exceso
de calor y el cansancio. Me olvidé de las ataduras. Me olvidé de la
hipocresía y de las mentiras. Me olvidé de los prejuicios. De lo
que pensaban los demás.
Y recordé todo
aquello por lo que valía la pena vivir. Recordé todos los sueños
que un día quise cumplir. Recordé todo aquello que quería hacer.
Recordé que todo lo que había olvidado era el recuerdo de todo
aquello que siempre quise olvidar. Me olvidé de recordar todo
aquello que siempre había querido olvidar. Y me recordé que olvidar
todo lo que no quería recordar, era empezar a recordar lo que
realmente quería recordar.